En el último año los precios de la electricidad han aumentado un 900%, pasando de los 54 euros/MWh del mismo periodo del año pasado a más de 500 euros/MWh.
La gasolina se ha convertido en un artículo de lujo para los mensajeros. Estos autónomos llevan meses -independientemente de las secuelas de la guerra entre Ucrania y Rusia- para ver cómo los precios del combustible siguen subiendo, superando ya los 1,95 euros el litro -más del 40 % desde marzo de 2021-. situación insostenible
En ese contexto, la mayoría de las pymes y autónomos no pueden aplicar este aumento de precio de sus productos y servicios, ya que les hará perder competitividad frente a otras empresas con las que compiten empresas de otros países. El estancamiento de la inflación y la incapacidad de convertir los costos en precios provocaron, entre otras consecuencias, pérdida de rentabilidad en empresas que ya enfrentaban problemas de deuda, insolvencia y liquidez.
Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) aseguran que el 66,1% de los autónomos dice no estar curado y de estos, de cada 10 dice experimentar una caída de ingresos de más del 50% respecto a marzo de 2020. ATA en cambio sitúa el 26% de autónomos que creen que un aumento de la iluminación pone en grave peligro la supervivencia de su negocio, según datos extraídos de El último barómetro sobre la situación de los trabajadores autónomos.
Muchas personas han visto cómo sus facturas se duplican o incluso triplican en los últimos meses. Y no hay margen para reducir el consumo. ¿Cómo una carnicería consume menos? ¿Qué haces, apagar las neveras? ¿Y un fisioterapeuta? ¿Enfría a los pacientes al no encender la calefacción en la clínica, o no los trata adecuadamente al no encender la máquina?
Por supuesto, las consecuencias de las facturas de electricidad y combustible no afectan a unos sectores de la misma manera que a otros. Los sectores más afectados por el aumento de la energía son diferentes en el sector industrial, como la fabricación, incluso la logística, el transporte... sobre todo por el aumento de los combustibles. Sin embargo, existen otros sectores que se han visto gravemente afectados por la falta de contratos específicos para su consumo energético, como son algunas actividades de la hostelería y comercio de alto consumo: peluquerías, restaurantes con panaderías, etc.
En cuanto al aumento de los precios de los combustibles, el sector tiene el mayor impacto en el transporte, pero los campos relacionados no pueden ajustar los precios porque, como se mencionó anteriormente, esto será un lastre para la competitividad de los productos del transporte. En caso de que se regulen los precios de los combustibles del servicio, estos cambios afectarán directamente a los sectores industrial, agrícola, comercial y de la construcción, que son los principales usuarios de este tipo de servicio.
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Fuente: eleconomista.es
